Coco Chanel, su vida amorosa

Su primer amor fue le playboy Etienne Balsan, un joven rico que la invito a Royallieu (Castillo de su propiedad) donde él vivía con su amante y Coco conoció el lujo, los salones y las fiestas. Etienne le enseñó equitación, a portarse como una dama, y la impulsó a expresarse con sus invitados. Coco llevaba faldas largas rectas con blusones hasta la cadera y se cubría la cabeza con un simple sombrero de ala ancha.



Emilienne abandonó a Etienne y se mostró con Coco en público. Coco quedó atrapada en la magia de la ciudad y le entraron ganas de desarrollar el talento de diseñadora que latía en su interior. Como pasatiempo, había hecho sombreros para sus amigas en Royallieu.
Por esa época, fue de visita a Royallieu Arthur Capel, a quien apodaban Boy, un socialite inglés amigo de Etienne, famoso jugador de polo, joven, guapo, elegante, culto y emprendedor, Boy manejaba con éxito un negocio en las minas de carbón de Newcastle y era recibido en los más altos círculos financieros de Londres y París.



Coco y Boy sintieron una atracción mutua. Una noche, Coco habló de la necesidad de conseguir un préstamo para montar un pequeño atelier en París. Tras una conversación entre Coco, Boy y Etienne, este ultimo accedió a prestarle la planta baja de su piso de soltero en París. De inmediato, Coco se mudó y comenzó su negocio de sombreros. Le fue tan bien, que en 1910, financiada por Boy, abrió su primera Mansión Chanel, que haría historia, en el 21 de la rue Cambon.




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